Paz y Amor!! - Parte 1.

El Bolsón (Argentina) - 19/Mar/2014 - 2292 Km.

Hace tiempo que no publico nada porque he tenido problemas con internet y con los ordenadores en general. Llevo tiempo pasando por pueblitos muy chicos (unos 3000 habitantes) y las conexiones han sido terribles. Además, parece ser que en muchos de los ciber eso de los antivirus no lo tenían muy controlado, con lo que la tarjeta SD de mi cámara se llenó de bichejos que me hicieron temer por todas mis fotos. Al final buscando y buscando encontré la solución, que, como siempre, es hacer clic en un par de sitios y se resuelve todo!!!!

Ahora estoy en El Bolsón, que es un pueblecito con un microclima benévolo, enclavado en un entorno idílico. Parece ser que en la época de la dictadura, muchos hippies se refugiaron acá. Tal vez siguiendo el ejemplo de Butch Cassidy y Sundance Kid que ya se ocultarón en una cabaña a unos 65 Kms al sur en 1901. Sea como fuere, poco a poco este pueblecito ha ido creciendo y convirtiéndose en la meca hippy por estos lares.


En el ciber en el que estoy, la velocidad de internet es lamentable pero al menos voy a comenzar a relatar cómo he "saltado" de Coyhaique, Chile, hasta aquí. Temo que va a ser un poquito largo... y por fascículos.

Pues allá vamos.

5/Mar
Al salir de Coyhaique recorrí los 90 Kms asfaltados hasta Villa Mañihuales. Por el camino atravesé la Reserva del Valle del Río Simpson... -Mira dónde estaban!!!- El tiempo no acompañó. De vuelta a la lluvia y el frío.


Al llegar a Villa Mañihuales me alojé en casa de Jorge: "El cazador de ciclistas". Como ya he mencionado antes, en todo el mundo, pero en particular en Sudamérica, hay personas que les encanta el cicloturismo y reservan una parte de sus propias casas para alojar a ciclistas. En principio no se cobra nada pero no está de más dejarle un dinero para ayudar a pagar los gastos de agua, gas, luz, etc. A estas casas se les llama: "Casa de ciclistas" y ahora muchas de ellas figuran en el portal WarmShawer. Es algo difícil de concebir en España, pero existe y funciona de maravilla, no tanto por el ahorro económico que es a costa de comodidades, sino como lugar de encuentro de cicloviajeros. Eso es lo que las hace lugares únicos!! En este caso compartí la casa con 4 chilenos que viajaban, cómo no, hacia el sur. Estuvimos contando anécdotas, aconsejándonos sobre las próximas etapas y jugando a las cartas hasta que no di más.

 6/Mar
Al día siguiente seguí mi camino hacia el norte mientras ellos aún dormían. Me costó mucho recorrer los 40 Km hasta Villa Amengual. Allí decidí que no tenía fuerzas para prepararme la comida y fui a un hostal que daban de comer. Me comentaron que unos 30 Km más adelante, justo en el cruce donde termina el asfalto y viene una subida muy fuerte, había una casa de la comuna (municipio) donde me podía quedar. Se me hicieron eternos. Además, la lluvia y el  frío me retrasaron mucho y llegué con lo último que daba al cruce, cerca de las 20:30h, pero ni rastro de la casa!!! No me apetecía montar la carpa lloviendo en el borde empedrado de la carretera. Recordé que unos 1000 m. antes había pasado unas naves y me pregunté si no serían la "casa de la comuna". Me di la vuelta y al llegar a ellas me quedó claro que ni de coña lo eran. Eran unas naves de los trabajadores de la carretera, pero aún así me decidí a preguntar. Tuve que esperar un buen rato porque "los jefes" estaban cenando. Al filo de oscurecer salieron y les volví a repetir mi historia. No se lo pensaron y me permitieron poner mi tienda de campaña en una habitación aún en construcción, además me invitaron a cenar -peligroso invitar a un cicloturista a comer!- y también a desayunar como uno más de la cuadrilla. Les había prometido que antes de las 8 yo habría desaparecido de allí y así hice, con todo mi material seco, la barriguita llena y el corazón contento. Hay veces que hay que dejar a La Vida que resuelva tus problemas. Me fui feliz de comprobar la calidad humana de aquellos hombres que me dieron mucho más que sitio y comida.


7/Mar
La subida fue dura, de ripio, pero con las pilas cargadas de energía y ánimo no me costó llegar al Parque Nacional Queulat y a su Bosque Encantado. Escondí la bici y con lo importante en mi alforja me adentré en ese sendero que es como el Garajonay -La Gomera- pero con un glaciar encima que le aporta agua infinitamente y que, junto con la lluvia horizontal, crean un monteverde espectacular!!


Seguí pedaleando y llegué al Camping del P.N. Queulat. Como se pagaba por parcela, la compartí con 3 chilenos: un tocayo cicloturista profesor de ecología y con una pareja bohemia/rasta: Lore y Piero. Lore hace artesanía y regresaban del Bolsón de vender su producción durante 3 semanas. Piero me dijo que llevaba todo el año sin hacer nada. Lore discutía con él y le decía que sí que hacía, que tocaba la guitarra. Ya bien entrada la noche sacó su guitarra. Yo pensé que iba a tocar el "No woman no cry", cuando se arrancó con un concierto de música clásica digno de escuchar en una gran sala de conciertos. Fue impresionante!!!! No me acuerdo lo que me dijo que tocó, pero fue algo así como la obertura de la no sé cuánta sinfonía de no sé quién. Fue una delicia escuchar en ese lugar, con esos compañeros, esa maravilla con sólo 6 cuerdas!! Es un genio!!!!


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